(A propósito del día
de las Madres)
Hay muchas
maneras de influir en los demás, para bien o para mal. Pero sin duda, la
persona que tiene las más grandes oportunidades de tocar y modificar la mente,
el corazón y la vida completa de un ser humano, en su madre.
¿Y su padre
no? ¡Por supuesto que sí! ¡Y de qué manera! Y también, más tarde, los que
lleguen a ser sus vecinos, sus amigos, sus maestros y un sinfín de personas
más. Pero, de acuerdo a los estudiosos, es la madre quien marca las más grandes
e imborrables huellas en la mente y el espíritu, en la etapa de la vida en que
ambas cosas son como unas esferas de material suave muy moldeable, que al paso
del tiempo se endurecerán y cuya forma se hará mucho más difícil de modificar.
La mamá de
un hombre le transmite lo que es el amor, o la ausencia de él. Con sus
palabras, sus actitudes, sus acciones diarias grandes y pequeñas, ella va
creando en sus hijos una actitud propia y una manera de pensar hacia las cosas
de la vida. Es asombroso lo que una madre fuerte, equilibrada, firme pero
amorosa, prudente y respetuosa logra hacer al formar a sus hijos. Ella puede
moldear fuerzas y capacidades extraordinarias al transmitir su propio temple, y
al mismo tiempo, su capacidad para cuidar y amar.
En el lado
opuesto, es interesante (y muy triste) comentar que cuando ha llegado a
preguntárseles a los más peligrosos criminales que se encuentran presos, acerca
de las condiciones de su niñez, casi sin excepción han mencionado a una madre
enferma mentalmente, abusadora, golpeadora, humillante, o literalmente ausente,
lo cual muestra que en la etapa más temprana de la vida, la influencia maternal
puede marcar fuertemente el rumbo que tomará el destino de los hijos.
Las mamás
podemos hacer varias cosas sencillas pero muy poderosas para equipar la mente
de nuestros hijos con una herramienta de enorme utilidad para enfrentar la vida
en su futuro: Ayudarlos a VER oportunidades donde aparentemente no las hay, y
sobre todo, ayudarlos a CREAR posibilidades cuando las oportunidades sean
nulas.
Te
compartiré 5 tips básicos, de suma importancia y efectividad.
¿Cuáles
son?
¡Aquí van!

Enseñemos
a nuestros niños que los pequeños accidentes y errores son parte de la vida, y
que podemos solucionarlos y aprender de ellos. Por ejemplo, cuando un niño
derrama un vaso o accidentalmente lo deja caer, evitemos lanzarle miradas
severas y mucho menos palabras despectivas. Enséñale a corregir el problema sin
reproches. Pregúntale con serenidad qué aprendió de la experiencia, para que él
o ella mismos piensen cómo evitar accidentes iguales en el futuro.
Algunas personas han crecido creyendo que los errores y accidentes son una
fatalidad y una tragedia por la forma en que sus madres reaccionaban ante
esos eventos en la niñez. Y eso puede ocasionarles el temor y la indecisión
para probar e intentar grandes cosas en sus vidas. Ayudemos a nuestros hijos a
percibir estos pequeños desastres como oportunidades para adquirir experiencia
y ser más conscientes. Y también, ¿por qué no? ¡Para descubrir cosas nuevas!
(¿Sabías que algunos de los inventos más usados actualmente nacieron a partir
de “accidentes”? ¡Espera historias interesantes sobre esto pronto en el blog!)
Observemos con ojos perceptivos a nuestros hijos cuando
son niños, porque en la niñez es cuando puede verse con mayor transparencia su
don natural, aquello en lo que podrían llegar a ser sobresalientes.
¿Le encanta
la música? ¿Te ha pedido con insistencia algún instrumento en particular? ¿Es
excelente dibujando? ¿Le gusta mucho jugar a ser doctor, y “operar” a sus
amigos? ¿Le encantan los deportes de equipo, como el futbol o el basquetbol?
¿Le gusta hacer las cosas solo, o en grupos? ¿Es bueno para reparar artefactos?
¿Le encanta jugar a hacer negocios, y desde pequeño le has visto tener
iniciativa para vender cosas?
¿Le encanta
la cocina? ¿Trata de acercarse a ti cuando estás cocinando para ayudar? Todos
esos son indicios muy valiosos, que es muy conveniente descubrir, y encauzar de
forma natural. Es decir, si le fascina dibujar por ejemplo, procura que tenga
cerca materiales de dibujo, pero no te pases al extremo de empezar a
presionarlo y sermonearlo para que practique. Haz que él mismo vaya
descubriendo las posibilidades de lo que le gusta hacer.

Ayúdales a ser observadores. No criticones ni chismosos. Pero observadores, sí. Por ejemplo, cuando vayan juntos a un restaurant que tiene mucha clientela y parece funcionar muy bien, pregúntales qué creen ellos que influya en el éxito de ese negocio. Pídeles que observen la decoración, el servicio, la actitud de los empleados, los precios, la ubicación, el sazón de la comida, y conversen sobre cómo todos esos factores se conjuntan para dar un buen resultado. Lo mismo puedes hacer cuando vean un objeto útil e interesante, como una vela aromática. Parece un objeto muy simple, pero pueden pensar juntos sobre el pensamiento creativo de quien ideó un objeto que puede dar luz y al mismo tiempo despedir olor. Pueden hablar sobre cómo el tipo de envase lo convierte en un objeto decorativo. Puedes platicarles sobre cómo algunas personas han hecho grandes negocios con la producción de velas.
Ayúdales a
observar las cosas, las actitudes y las circunstancias de la vida con ojos de
verdaderos CREADORES DE POSIBILIDADES.
Creo que
estas cinco sugerencias básicas, al ponerse en práctica, pueden crear magia
entre tus hijos y tú, y será una forma de contribuir a un mejor futuro para
ellos, y por consiguiente, a un mundo mejor.
¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!
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