Detrás de la casa de misión, donde vivimos
temporalmente, hay un gran terreno vacío hasta ahora. Hago caminata alrededor
de él, pero nunca se me hubiera ocurrido caminar en medio, porque la vegetación
estaba crecida y me parecía que en cualquier momento podría salirme una iguana
o alguna serpiente. Hace poco, vi que unas máquinas entraron al terreno y lo
limpiaron por completo. Me parece que lo están preparando para comenzar a
construir allí. Antes de pretender construir algo, siempre es necesario limpiar el
terreno primero.
Ahora el aspecto del terreno es completamente
diferente: Se ve del color café de la tierra removida, limpia y recién
aplanada. Y ahora podría caminar por allí con toda confianza.
He pensado cuanto se parece esto a la vida
misma: Cuando uno se da cuenta de que es hora de comenzar a construir, ya sea
una carrera, un futuro, una familia, una vida
autosuficiente, el logro de los sueños personales y la creación de nuevas
posibilidades, es necesario limpiar
primero el terreno.
Esto quiere decir despejar la vida de piedras y malezas. ¿Estás enemistado con alguien? ¿Tienes algún
enemigo? ¿Hay alguna persona a la que “no puedes ver ni en pintura”? ¿Te tienes
qué esconder de alguien por cualquier razón? ¿Le debes algo a alguien? ¿Tienes
guardado un viejo rencor, que de sólo recordarlo, te produce dolor de estómago?
¿Es necesario que perdones a tus padres, a un ex cónyuge, o a alguien a quien
alguna vez consideraste tu amigo? ¿O es necesario que seas tú el que pida
perdón? Conozco personas que creen tener “enemigos” por doquier, o viven
dominados por recuerdos amargos que les hacen la vida infeliz. Su terreno está lleno de rocas y maleza. Sin embargo, sabia es esa frase que dice: “No
vemos las cosas como son, sino como somos”.
Detente un momento a pensar en lo
que esto significa.
Si estás rodeado de enemistades, o de rencores pasados, HOY es el
día de meter la máquina a tu terreno, y comenzar la limpieza de ese espacio en
el que vas a construir nuevas posibilidades a partir de ahora. Toma el
teléfono, escribe una carta, o de plano sal de tu casa y dirígete a donde está
esa persona. Si es necesario perdonar, perdona. Si es necesario pedir perdón,
pídelo ahora. Si tienes una deuda de cualquier tipo, comienza hoy a pagarla sin
demorar más. Nunca hay “un momento ideal” para esas cosas. Si lo esperas, tal
vez nunca llegará. Por lo tanto, el momento ideal es AHORA.
Sí, se requiere
valentía. Sí, estoy de acuerdo en que no es fácil. Sin embargo, ¿quién nos
asegura que mañana aún estaremos aquí? ¿No sería mejor vivir el tiempo que nos
quede en paz absoluta con el mundo y con nosotros mismos? ¿No sería maravilloso
ver y sentir el terreno de tu vida removido, despejado y listo para convertirse
en un terreno fértil para crear nuevas y elevadas posibilidades, mientras aún
tengamos tiempo…?
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