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Convirtiendo nuestras desventajas en intuición creativa... ¡Y genial!



Esta es una historia para inspirarnos a tomar el mejor partido posible de alguna aparente desventaja que podamos tener:

En el Jardín de Niños, el inventor, arquitecto, diseñador y visionario estadounidense R. Buckminster Fuller, (1895-1983), tenía serios problemas en su capacidad visual:  Era hipermétrope y estrábico, lo cual quiere decir que tenía dificultad para ver de cerca, y también era un poco bizco en su niñez.
Él recordaba: "La maestra nos dio unos palillos (mondadientes) y unos chícharos medio secos, y nos pidió que construyéramos estructuras con ellos. Los otros niños, que gozaban de buena vista, estaban familiarizados con las casas y los graneros; yo, en cambio, sólo veía bultos, y no tenía la menor idea sobre lo que eran las estructuras. Los demás elaboraban paralelipípedos, que lograban mantenerse de pie gracias a los chícharos. Yo, en vez de basarme en mi experiencia visual, TUVE QUÉ USAR LOS DEMÁS SENTIDOS.  Tirando y empujando, DESCUBRÍ QUE UN TRIÁNGULO PERMANECE INALTERABLE AÚN EN CONDICIONES EN QUE OTRAS FIGURAS SE DESHACEN. La maestra llamó a los demás niños para que vieran mi obra. ¡Recuerdo que me asombró verlos sorprendidos!"

Muchos años después, su creencia de que el triángulo es la figura geométrica más estable de la naturaleza dio fruto, cuando diseñó LA CÚPULA GEODÉSICA, que en la actualidad se asocia siempre con su nombre. Quizás la obra máxima de las asombrosas cúpulas de Fuller fue el pabellón norteamericano de la Expo 67 en Montreal. La gigantesca burbuja, hecha con miles de piezas hexagonales, medía 76 metros de diámetro y su altura era la de un edificio de 20 pisos.


Esta fascinante historia nos hace recordar que aún de todo aquello que a primera vista pueda parecer un defecto, una incapacidad o una desventaja, se puede sacar una nueva e increíble posibilidad. Fuller DESCUBRIÓ una forma diferente de construir algo que nunca antes se había diseñado, gracias a que sus desventajas le orillaron a hacer uso de sus otros sentidos. Tenemos qué aprender a buscar los otros lados de una sola posible solución, y eso sólo puede lograrse cuando estamos abiertos a explorar el universo de las posibilidades, usando nuestros otros sentidos, otros criterios, y otras percepciones.


En tu trabajo, ¿haces siempre las cosas tal como las hicieron tus predecesores? ¿Has intentado innovar algún aspecto de tus actividades diarias, con el fin de mejorarlas, optimizarlas, hacerlas más atractivas o eficientes?
¿Procuras ser diferente sin afectar la calidad o la efectividad de lo que haces, sino más bien, en busca de hacer las cosas mejor?
¿Qué aportas al mundo con la manera en que te desenvuelves e interactúas con las personas, los objetos y los recursos?
¿Has pensado que tal vez esa desventaja que hasta ahora te ha preocupado, acomplejado o disminuído, podría llegar a convertirse en una razón o un vehículo para alcanzar metas grandiosas y encontrar nuevas posibilidades de aportar algo muy tuyo y muy grande al mundo en que vivimos?

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