photo output_wGVPMa.gif photo output_7dEpUb.gif photo output_9ADPmk.gif photo output_WiSQHB.gif photo output_GbyWZB.gif

.


"¿A qué hora sales por el pan, amigo Salvatore?"

Esta fue la frase que vi escrita en algún perfil de facebook, dirigida a algún caballero a quien no conozco, y escrita por alguna dama a quien tampoco tengo el gusto de conocer. Pero me llamó la atención el trasfondo de esta pregunta, que tradicionalmente se ha usado como una forma ingeniosa de mostrar cierto interés por acercarse a una persona.
Como la imaginación trabaja rápido, me imaginé a Salvatore, (quien quiera que sea él), saliendo de su casa a las 7:30 de la tarde, en unas cómodas chanclas, y dirigiéndose hacia la panadería. Y como escribo este post en pleno pico de una pandemia, también me lo imaginé saliendo y ajustándose un cubre bocas de color negro con unos dientes de esqueleto dibujados en el frente, como el que le vi ayer a un vecino. Entonces, en la imaginación vi a una dama apresurándose a ir a comprar pan también, y acercándose al hombre para hacerle alguna pregunta sobre si estarían más ricas las conchas que los bisquets, o cualquier otra cosa que sirviera de pretexto para hablarle. Ambos se miran a los ojos por encima de los cubre bocas, y... bueno, las posibilidades comienzan.  Puede ser que hagan un "click" inmediato, puede ser que salgan juntos conversando, o puede ser que él conteste escuetamente la pregunta y se voltee a seguir escogiendo su pan, o puede ser que él desee continuar conversando, y ella en un segundo haya decidido que mejor no desea empezar una amistad con Salvatore, porque algo en la mirada de él no "le cuadró"... En fin, ¡las posibilidades son tantas!

La vida misma es un universo de interacciones con miles de personas. Todos, quizás, desearíamos que cada una de ellas resultara ser una experiencia venturosa, aunque fuera totalmente efímera.  Nos gustaría, tal vez, que todo encuentro con nuestros semejantes redundara en un recuerdo grato y amistoso.  Pero en este momento que estamos viviendo, la interacción es algo que se volverá algo invaluable. Una especie de necesidad.  Y no sólo para quienes busquen romanticismo. El tener la libertad de estrechar las manos de las personas, de tocar sus hombros, de conversar alegremente con los niños de los vecinos, de saludar de beso a nuestras amigas, todo ello va adquiriendo una nueva dimensión de valor. Somos escencialmente seres sociales,y como tales, necesitamos relacionarnos de diversas maneras unos con otros. Pero esta pandemia nos ha traído algo bueno:  Volvemos a apreciar la posibilidad que antes teníamos para hacerlo.

Por eso, aún cuando no se trate de nada con ánimo romántico, cuando esto termine, quizás muchos querremos preguntarle a todo el mundo a qué hora sale por el pan.   :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario