photo output_wGVPMa.gif photo output_7dEpUb.gif photo output_9ADPmk.gif photo output_WiSQHB.gif photo output_GbyWZB.gif

.


Los peligros que encierra una cobija afelpada!! :O La Zona de Comodidad.

Yo soy de pies y manos frías.
Siempre que llega el invierno, los pies y las manos son lo primero que se me pone como si fuera de hielo. Mi morenazo dice que en eso me parezco a las iguanas.
Ante esta realidad desoladora y gélida, comencé a clamar por poseer una cobija de esas que tienen ambos lados cubiertos con una textura aborregada, y que al tacto se sienten como una sensación celestial, especialmente cuando hay frio.
Después de algunos días de insistentes clamores, un día mi esposo hizo su triunfal aparición en casa trayendo en las manos un voluminoso y esponjoso paquete:  Mi anhelada cobija afelpada!!

Para abreviar y poderla identificar pronto, la nombré "La pelucha", y así es como la identificamos en casa.

A partir de la primera noche que dormí envuelta en ella, arrullándome con esa sensación fantástica y tibia de su textura afelpada, dejé mi acostumbrada lectura nocturna a la mitad para entregarme en los brazos de Morfeo prematuramente, ya que el calor de La Pelucha hacía menester el olvidar la sabiduría escrita para cambiarla por los singulares placeres de un sueño super cómodo, profundo y sobre todo, aderezado con un exquisito calor de extremidades.  Porque mis patas de iguana, como por arte de magia, se me comenzaron a calentar apenas me los envolvía con La Pelucha, como no lo había logrado antes con ningún otro método.

Sobra decir que esta mágica cobija se convirtió en fiel compañera de mis noches... y en gradual causa de muchas pequeñas omisiones en mi vida:  Comencé a postergar la hora de levantarme por las mañanas a hacer ejercicio, y a dejar de lado mi buen hábito de leer antes de dormir.  La suavidad de esa canija Pelucha se comenzó a volver como una sutil carcelera que boicoteaba muchas de mis metas y de las cosas por las que sentía convicción. Todo por sentir por "unos minutos más" su aborregado y tibio abrazo...

Así es la llamada "Zona de Comodidad", en la que tantos caemos en la vida, casi siempre sin siquiera estar conscientes de ello... porque nos causa una sensación de gratificación inmediata, una tranquilidad engañosa, en la que no hay ningún progreso, no existe avance alguno, pero sí hay un sutil sensación de "todo está bien".  El efecto acumulativo de este estado cómodo es cuantioso y gigantesco, es caro y pernicioso, pero no lo notamos porque no sucede como una tragedia repentina, sino como algo tan sutil y gradual que no podemos percibirlo, tal como el llamado "robo hormiga", aquel en el cual muy poco a poco se sustrae algo de nuestra casa y nuestra vida, que nos va despojando de nuestras posesiones valiosas. En este caso, de la más valiosa de todas: nuestro tiempo para cumplir nuestras metas.

¿Cual es "tu Pelucha" particular?
¿Detectas por donde estás entrando a tu "Zona de Comodidad"?
¿Qué harás hoy para eliminar de tu vida aquello que sutilmente te envuelve y te frena de lo que realmente quieres lograr?

Yo, por lo pronto, tengo a mi Pelucha bien guardada en una bolsa en el rincón más alto y profundo de mi clóset...
Sólo la sacaré en los más gélidos tiempos del próximo invierno!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario