El Miedo como Combustible, y no como Inhibidor.

Ayer mi programa de radio se trató de cómo usar nuestros miedos para salir de la Zona de Comodidad.  Y eso me hizo recordar cuantas veces he tenido qué sentir un miedo terrible antes de intentar algo, y sobre todo, antes de hablar con las personas indicadas para presentar una idea.
Uno de mis "fracasos" más recordados fue cuando inventé una maqueta magnética en forma de una ciudad laberíntica. Es un maqueta-juego, muy colorida e ingeniosa, desde mi punto de vista, ya que permite ejercitar la observación, la memoria y la estrategia espacial al mismo tiempo que el jugador realiza una tarea contra reloj, lo cual lo convierte en un reto divertido.
Se me metió en la cabeza la idea de que podría convertirse en un excelente medio publicitario para parque temáticos y lugares de diversión, así que el pensamiento me llevó a considerar a la Ciudad de los Niños, ahora llamado Kidzania.
Había leído en las revistas de negocios algunos datos sobre su fundador, y conocía su singular rostro por las fotos de lo reportajes de negocios.  Como teníamos unos pases producto de un premio que mis hijos ganaron, fuimos a Kidzania a modo de paseo, pero mi gran propósito era observar muy bien el lugar para poder exponer mi propuesta de la mejor manera posible a su dueño y fundador.
Cuando estábamos allí dentro, esperando que mis hijos salieran de una de las atracciones, pasó enfrente de nosotros el mismísimo Xavier López Ancona, al cual reconocí de inmediato. Se lo dije a mi esposo y él sólo dijo: "Ve de una vez y pídele una entrevista".
Bastó eso para que se dispararan todas las señales posibles de miedo: Se me aceleró el corazón, me comenzaron a temblar las piernas... pero se iba alejando y tal vez no tendría mejor oportunidad de hablar directamente con él.. así que usé mi adrenalina disparada, me puse de pie, caminé de prisa para alcanzarlo y le dije: "Señor López!!"  Se volvió un poco sorprendido. Al llegar junto a él estreché su mano, me presenté y le dije la razón de haberlo alcanzado.  Se portó angelicalmente amable.
Me concedió una cita para la entrevista y presentación de la maqueta, a la cual acudí lo mejor preparada que me fue posible. Me brindó palabras alentadoras y me felicitó por mi iniciativa y creatividad, y después me dijo que por lo pronto no requería un medio publicitario adicional a los que estaba manejando en ese momento Me dio su tarjeta y me obsequió pases adicionales gratis para toda la familia.
Al salir de allí aprendí que el miedo hace ver las cosas más terribles de lo que son... Aprendí que se puede usar el miedo como combustible propulsor y no como algo paralizante. Aprendí también que no es tan terrible que te digan que no.  De hecho, haber vencido mis miedos me pareció un gran triunfo en sí mismo, y conservo la confianza de que siempre es posible intentar de nuevo...  No por nada mi maqueta ganó un reconocimiento de creatividad en un evento de Mujeres Inventoras!!
Que el miedo sea la razón para hacer algo valioso y destacable, y no la causa para caer en un estanque sin movimiento ni progreso.
He dicho.  :D